lunes, 17 de septiembre de 2012

Su historia comienza...


Desde siempre el hombre ha sido curioso y por lo mismo se ha encargado durante su existencia de explorar cada rincón, cosa, sentimiento, emoción, fenómeno etc. Lo hace porque desea sentirse cercano a las definiciones y al manejo de estos, pues se sabe que el hombre le teme a lo desconocido y si hay algo que lo ha sabido perturbar desde su creación, ha sido la incertidumbre. Es el no saber a qué se enfrenta cada día, por eso ha intentado examinar minuciosamente a través de las ciencias lo que le rodea y con esto ha logrado enterarse de ciertas cosas que con la ausencia de los sentidos, hubiera sido imposible de determinar o experimentar.

Con el paso del tiempo, el hombre ya había descubierto cientos de cosas y entre ellas quiso comenzar a mirarse a sí mismo, y llegó a un punto en el que lo que quiso explorar fue su cuerpo mismo, su cuerpo con el otro, y su cuerpo con todo lo demás. El hombre evidentemente en los inicios lo que hizo fue comunicarse mediante señas, signos, símbolos, etc. Pero siempre acostumbraba a plasmar o materializar en las piedras y demás materiales naturales a los animales, era rara la vez en que él mismo se representaba. Pero como esto no le duraría para siempre, comenzó a verse como un ser que se podía representar y decidió hacerlo. Cuando ya el arte hacía parte del mundo humano, el hombre sentía curiosidad por registrarse a sí mismo mediante pinturas y fotografías en las que no precisamente salía su rostro común, sino él desde su esencia misma, es decir, desnudo.  

En la mitología griega, Eros era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de Afrodita y Ares, pero según El banquete de Platón fue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor. [1]

Pero además en el mismo pensamiento griego, Eros se nos presenta como un dios que encarna no solo la fuerza del amor erótico sino también el impulso creativo de la siempre floreciente naturaleza, la Luz primigenia que es responsable del orden y la creación en el cosmos. Como se sabe, en cuanto al origen de Eros existen varias versiones.
En la versión en la que Eros aparece como hijo de Afrodita y Ares, se considera que Zeus ve al niño como un peligro potencial y le ordena a su madre que lo haga desaparecer, pero ella lo oculta en un bosque y allí lo crían las fieras, Siendo todavía un niño. Eros construyó un arco y flechas (de ciprés) y se convirtió en un certero tirador.

La nereida Tetis consiguió de Zeus, el día que se casaba con Peleo, que lo recibiera en el Olimpo y cambió su rústico arco por otro de oro. Eros aparece representado en el arte como un niño alado, mensajero y acompañante de Afrodita, uniendo a los seres con sus flechas de amor. Su influencia ha sido enorme y la adoración de Eros llegaría a estar muy extendida. Fue venerado fervientemente por un culto a la fertilidad en Tespía y jugó un importante papel en los misterios eleusinos.[2]

Con base en lo anterior, se puede decir que Eros se ha encargado de “flechar” a los hombres con el fin de despertar en ellos diversidad de emociones y sentimientos, pasiones etc. Es posible afirmar entonces, que el Eros es una parte importante para el ser humano, debido a que éste ha sido añadido a él y cumple con determinadas funciones promovedoras de sensaciones, lo que de una u otra forma da pie al hombre para hacer o no hacer, es decir, el Eros es una parte humana que impulsa o no a desarrollar diferentes tipos de roles frente a el hombre mismo o a otros seres.



[2] Ars erótica, “el erotismo en la historia del arte”. Sevilla Andalucía España. http://es.scribd.com/doc/18168957/El-mito-de-Eros-y-Psique-El-erotismo-en-la-H-del-Arte-

sábado, 15 de septiembre de 2012

frase

«El eros hace que un hombre desee realmente no una mujer, sino una mujer en particular. De forma misteriosa, pero indiscutible, el enamorado quiere a la amada en sí misma, no el placer que pueda proporcionarle…».